observamos que son vistos desde la temporalidad, y esto es hacer teología “desde abajo”. Por lo expuesto, creo que la teología debe hacerse “desde arriba”, desde lo que Dios dice, desde la revelación –y Dios sigue hablando a la iglesia por su Espíritu Santo. Por eso debemos tener cuidado al momento de confiar en nuestras propias habilidades racionales, para que éstas no tomen supremacía sobre nuestra dependencia de la revelación y explicación que el Espíritu Santo quiere dar aún a la iglesia. Este
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